Proteger una invención es un incentivo para la innovación y la creación de nuevas obras y productos culturales. Este apoyo brinda a los inventores la seguridad y el derecho exclusivo de explotar su creación de la forma y condiciones que desee, durante un período determinado de tiempo. La tutela e inscripción de las invenciones puede generar importantes ventajas a nivel comercial en la reputación de la empresa o inventor. Genera confianza en potenciales y existentes clientes, al tener ofrecer su producto o servicio de forma posicionada y legalmente inscrito ante la entidad que así lo regula.
Hoy en día, con el crecimiento de las economías creativas alrededor del mundo, es importante garantizar la originalidad y autoría de los diferentes productos, con la finalidad de procurar un avance del área inventiva. En este tema, entra con importante fuerza la propiedad intelectual, la cual es una práctica que fomenta la competencia justa en los diferentes mercados donde se mueven las invenciones de la mente y la originalidad.
A nivel mundial, la promoción de la innovación y la creatividad con la finalidad de procurar un desarrollo económico y social en los países es el objetivo principal de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). Al día de hoy, la OMPI cuenta con presencia en más del 90% del total de los países del mundo y Costa Rica es uno de ellos desde el año 1981.
Nuestro país cuenta con un marco legal amplio en el resguardo de productos creativos a través de la inscripción de marcas, patentes, diseños industriales y derechos de autor. En nuestro Registro Nacional de Propiedad Intelectual es posible inscribir desde libros, software, obras de cine, pinturas, patentes de invención, signos distintivos, diseños industriales, entre otros. Además, resulta de un sistema amigable para quien desee obtener los servicios de tutela, inscripción y protección para su creación, individualizado para cada obra.
El Registro Nacional de Propiedad Intelectual es la herramienta que brinda un oportuno reconocimiento para personas físicas o empresas que busquen monetizar el servicio o producto que desarrollan. Este beneficio da la oportunidad de obtener ganancias y recuperar costos de investigación y desarrollo, lo que a su vez motiva a los inventores y titulares a seguir innovando, creando y de a poco, afianzando las bases de una economía creativa.